lunes, 28 de noviembre de 2011

Siempre es un buen momento para aprender


El Ministerio de Educación acaba de presentar un Informe sobre el Aprendizaje Permanente en España que da cuenta de las actividades realizadas en años anteriores, presenta los principales ratios y, sobre todo, sitúa las medidas que deben adoptarse en los próximos años (2012-2014) para llevar a cabo esta estrategia de la Unión Europea.

Al margen de que no se acaba de entender el porqué de apurar hasta los minutos basura de la acción de gobierno, cuando ya se está haciendo las maletas, para proponer determinados planes y estrategias sobre todo en ámbitos tan controvertidos como son el educativo y el laboral, el Informe pone en evidencia el 'esplendor' del sistema educativo español: tres de cada diez jóvenes mayores de 18 años carecen de competencias básicas,  seis de cada diez personas en edad de trabajar carecen de acreditación de su cualificación profesional y cerca de 3 de cada diez jóvenes han abadonado prematuramente los estudios.

Acciones para el Aprendizaje Permanente
El Informe sobre el Aprendizaje permanente en España tiene como punto de partida el Plan de Acción de la Comisión Europea y sitúa en el centro de sus actuaciones a los colectivos que tienen baja o nula cualificación, a la población activa que no puede acreditar su cualificación profesional y, finalmente, a los jóvenes que abandonan prematuramente sus estudios, porque son muchos y muchas.

El plan se articula en torno a 8 ejes estratégicos que integran 25 acciones, algunas en desarrollo y otras que se deberán llevar a cabo por parte de las distintas administraciones, agentes sociales y entidades de la sociedad civil implicadas en el aprendizaje permanente:
  1. Desarrollar mecanismos que faciliten la reincorporación de la población adulta al sistema educativo para obtener el Graduado en ESO
  2. Generar el reconocimiento de las competencias profesionales como mecanismo para aumentar la cualificación de la población adulta
  3. Establecer nuevas vías de acceso a la Formación Profesional y hacer compatible el trabajo y el estudio para los jóvenes que lo abandonan prematuramente
  4. Reforzar la actualización y la adquisición de nuevas competencias profesionales
  5. Promover el acceso de las personas adultas al Bachillerato, a la Formación Profesional y a la Universidad
  6. Ofrecer educación y formación, formal y no formal, a personas en riesgo de exclusión social
  7. Difundir entre la ciudadanía las posibilidades de formación permanente
  8. Establecer mecanismos para la mejora de la calidad y la evaluación periódica de la aplicación de las políticas relacionadas con el aprendizaje a lo largo de la vida.
La mayor parte de estas actuaciones, por lo tanto, se dirigen a paliar las deficiencias del sistema educativo español que, después de más treinta años de gobiernos democráticos, sigue sin consolidarse en cuanto a los recursos que se le destinan ni en el compromiso político que requiere su estabilidad: estamos a las puertas de la formación de un nuevo gobierno que ya ha anunciado su intención de modificar las principales leyes educativas.

La educación encierra un tesoro: el impulso de la Unión Europea
En los últimos años, desde la Unión Europea se vienen impulsando políticas que promueven la implantación de medidas en todos los países miembros para destacar el valor de la educación y la formación para las personas y para el desarrollo de una sociedad europea avanzada: Aprender a aprender, Educación a lo largo de la vida, Aprendizaje permanente son algunas de las iniciativas que se ha puesto en marcha en los últimos quince años. En 2007, la Unión Europea presentó su Plan de Acción para promover la participación de personas adultas en educación y formación, y en 2009 respaldó el objetivo de alcanzar el 15 por 100 para el año 2020. En ese año se espera que el 85 por 100 de los puestos de trabajo requieran de una cualificación de nivel medio-alto.

Si la educación es cara, pruebe con la ignorancia
Nunca se deja de aprender
Vivimos tiempos de naufragios, tiempos difíciles que están cuestionando aspectos esenciales para el progreso en cualquier sociedad avanzada. En momentos como este no es infrecuente que muchas personas jóvenes e incluso muchos padres duden del valor de la educación y de la importancia de querer aprender, y de aprender para estar en mejores condiciones de afrontar la realidad cotidiana, el 'mundo de la vida'. No es extraño a la vista de la situación actual pero, lamentablemente, tampoco es nuevo: nuestros modelos de referencia han despreciado siempre el valor de la educación, del saber y del conocimiento en si mismos, dotándolos de un carácter exclusivamente instrumental. 

El mérito y la capacidad deben ser elementos centrales en una sociedad desarrollada y la educación, por lo tanto, el factor principal y determinante para garantizar la igualdad de oportunidades y la integración de las personas. De este modo, la educación ha venido funcionando como un ascensor social que ha permitido progresar a muchas personas  y mejorar las condiciones de sus antecesores. Sin embargo, la crisis sistémica que afecta a la sociedad occidental y, entre sus consecuencias,  el debilitamiento de los sistemas públicos de educación pone en riesgo el papel que en este sentido ha tenido la educación y la formación para las personas y los colectivos sociales más desfavorecidos.

La progresiva pérdida del valor instrumental de la formación y de las titulaciones académicas está abriendo nuevas brechas entre las personas en función de su posición social. Ya desde hace algún tiempo se viene buscando ese valor económico a través de determinadas diferenciaciones que tienen que ver con el carácter de la educación. Así, la educación de los niños y de las niñas tendrá mayor ventaja si se se desarrolla en un centro privado o concertado que en un centro de enseñanza pública. De igual forma, se concederá mayor valor a una Grado o a una Licenciatura en una universidad privada que al mismo en una universidad pública. También se entiende que estar en posesión de una Licenciatura o de un Grado no abre puerta alguna a no ser que lleve añadido un Máster a poder ser en una prestigiosa escuela de negocios; nada que ver con un doctorado o una formación de postgrado en una institución educativa pública.

No se trata de cuestionar las iniciativas privadas de educación y formación. Me refiero al desequilibrio que inevitablemente provoca la disminución de recursos que se destinan al sistema público de educación y formación, que siempre ahondarán aún más la desigualdad de  oportunidades entre unas personas y otras en función de su situación socio-económica.
  
El placer de aprender
Se ha impuesto una concepción de la educación y de la formación orientada excesivamente a la competitividad más que a la preparación de las personas en todas sus dimensiones, favoreciendo una ética de los resultados antes que una ética de las convicciones. Se orilla y se deja de lado la gratificación de aprender, la importancia de saber, la satisfacción de conocer. Se desprecia de este modo el valor de la educación, de la formación y del aprendizaje como sustancias de absorción lenta en las personas y en las sociedades. No entendiendo que sus consecuencias se notan a medio y largo plazo y, lo más importante si se apuesta decididamente por ellas,  que sus efectos pueden ser permanentes.

Así las cosas, no parece sencillo revisar los planteamientos educativos actuales para adaptar los modelos de aprendizaje a las nuevas realidades y avanzar en la Escuela del siglo XXI cuando el sistema educativo hace aguas por la falta de sentido y de responsabilidad de nuestros representantes políticos.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Claves para que los cursos de formación sean útiles para encontrar empleo


La educación y la formación son factores determinantes en nuestra relación con el empleo. Cuanto más elevada sea nuestra cualificación profesional mayores serán nuestras oportunidades de encontrar un puesto de trabajo y de desarrollar una carrera profesional. En momentos como el actual, la educación y la formación para el empleo adquieren su verdadera dimensión.

La destrucción de empleo que se viene produciendo en los últimos años en los principales sectores de actividad tradicionales y la aparición de nuevos puestos de trabajo relacionados con las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, el medio ambiente y los servicios vinculados a las empresas y a la atención a las personas, que exigen mayor cualificación de los trabajadores, están poniendo de manifiesto importantes deficiencias del sistema de educación y formación en nuestro país, la principal una tasa de abandono escolar del 28%; pero no la única.

España, bajos niveles de educación y pocos titulados en formación profesional
Según el estudio 'La formación profesional en España, hacia la sociedad del conocimiento' publicado por la Fundación La Caixa, el 42,4% de los españoles mayores de 25 años tienen un nivel educativo bajo (estudios primarios/ESO) frente al 23,2% del resto de los países europeos; además, prácticamente la mitad de la población europea (48,9%) tiene niveles intermedios de educación (secundaria y formación profesional) mientras que en España ese porcentaje es del 23,1%. Eso sí, en España tenemos muchos más titulados superiores (34,5%) que nuestros vecinos (27,8%). 

Los cursos de formación son el mejor aliado para encontrar trabajo

Cursos de formación gratuitos y de pago para trabajadores y parados
A la vista de este importante déficit en educación y formación profesional de la población activa, no es de extrañar que en los últimos años la Administración haya llevado a cabo un importante esfuerzo para poner en marcha un sistema público de formación profesional para el empleo que dé respuesta a estas necesidades de cualificación profesional a través de cursos de formación gratuitos. Del mismo modo, la iniciativa privada ha dado lugar a un dinámico sector empresarial de la formación que programa de forma permanente numerosas ofertas de cursos de formación para trabajadores ocupados y desempleados.
Las iniciativas pública y privada en conjunto conforman una extensa oferta de formación que, en muchos casos, responde más a criterios de oportunidad o de negocio que a una calidad de los contenidos que permitan la adquisición de las competencias profesionales requeridas por el mercado de trabajo, es decir para encontrar empleo. 


Recomendaciones para buscar cursos y encontrar empleo
Si se encuentra en esta situación y está decidido a apostar por la formación para encontrar un empleo, las siguientes recomendaciones pueden serle de utilidad en ese proceso de búsqueda de los mejores cursos:
  1. Utilice los servicios de orientación sociolaboral. Los servicios públicos de empleo, los ayuntamientos, las organizaciones empresariales y sindicales ofrecen este servicio que le permitirá definir mejor su situación de partida y establecer prioridades y posibles itinerarios formativos a seguir.
  2. Tenga en cuenta cuáles son las competencias profesionales que demandará el mercado de trabajo a corto y medio plazo. El programa europeo Educación y Formación 2020 identifica las ocho competencias clave para el aprendizaje permanente.
  3. Recabe información sobre los perfiles profesionales que se demandan en los sectores que generan empleo: TIC, medio ambiente, energías renovables, atención a las personas, etc.
  4. ¿Formación presencial o formación online? La utilización de metodologías formativas basadas en el e-learning son cada vez más frecuentes. Valore su disponibilidad horaria, pero también tenga en cuenta que la teleformación requiere de un mayor esfuerzo personal por parte de los estudiantes. Infórmese sobre las características de la plataforma de formación, sobre el formato de los contenidos que aloja y, sobre todo, asegúrese de que la formación cuente con un tutor-dinamizador a disposición de los alumnos que participan en el curso.
  5. Utilice los buscadores de formación de los servicios públicos de empleo y de las entidades públicas que intervienen en el desarrollo de programas de formación profesional para el empleo
  6. Busque en la Red. Internet es como un proceloso océano de información que el que bucear y, en ocasiones, encontrar tesoros escondidos. Abra un perfil profesional en las principales redes sociales: Linkedin, Twitter, Facebook.
  7. Valore los contenidos del programa formativo. Busque contenidos prácticos, aplicables a situaciones reales de trabajo.
  8. Busque referencias de la entidad de formación que organiza el curso. Infórmese acerca de los formadores, de las instalaciones del centro de formación y de sus equipamientos
Es posible que, si sigue estas recomendaciones, esté en mejores condiciones de tomar una decisión y pueda elegir el curso de formación más adecuado para encontrar empleo. Pero, tenga en cuenta que únicamente está dando los primeros pasos en un camino que nunca será definitivo. La formación y el aprendizaje son procesos permanentes e imprescindibles para la empleabilidad y la proyección profesional. No se trata tanto de adquirir titulaciones, sino de acreditar competencias a través de experiencias laborales y de formación en las que, también, van a intervenir otras maneras de aprender: el aprendizaje invisible y los procesos informales y no formales de formación.


miércoles, 26 de octubre de 2011

Educación, formación, aprendizaje

Malos tiempos, no sólo para la poesía. Las consecuencias de la crisis económica y financiera están poniendo en cuestión asuntos y cuestiones que hasta ahora parecían intocables: servicios públicos, prestaciones, retribuciones de los empleados públicos, edad de jubilación...

Tampoco la sanidad y la educación se están librando de la quema.